En las empresas de todo el mundo, incluido México, un fenómeno silencioso está minando la productividad y la satisfacción laboral: el ascenso de gerentes sin la capacitación adecuada. Según una encuesta del Chartered Management Institute (CMI) en Reino Unido, el 82% de los mandos medios ocupa su puesto debido al «principio de Peter», una teoría que advierte cómo las organizaciones promueven a sus mejores empleados técnicos a roles de liderazgo, sin equiparlos para el desafío. Las consecuencias son graves: estrés para los nuevos jefes, desmotivación en los equipos y costos millonarios por rotación de personal.
El estudio, que entrevistó a 4,500 trabajadores y gerentes, revela que solo el 15% de los empleados se siente valorado cuando su supervisor es un «jefe accidental» —término que describe a quienes ascienden por desempeño individual, no por competencias de liderazgo—. En contraste, cuando el mando está capacitado, el 72% del equipo percibe reconocimiento y el 77% aumenta su motivación.
Pero el problema no solo afecta a los subordinados. Los propios gerentes reconocen su despreparación:
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El 46% admite que su ascenso se debió a relaciones internas, no a habilidades directivas.
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Uno de cada cinco confiesa no sentirse capaz de resolver conflictos en su equipo.
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Esta inseguridad genera estrés crónico y explica por qué el 33% de las renuncias están ligadas a malos jefes.
México: liderazgos tóxicos y costos ocultos
En el contexto mexicano, el Estudio de Remuneraciones 2025 de PageGroup confirma que el 55% de las renuncias se deben a malas prácticas de liderazgo. Genaro Hurtado, CEO de Brivé Soluciones, cuantifica el impacto: cada empleado que renuncia antes de tres meses cuesta 17,431pesosenreclutamientoycapacitacioˊnfallida.Paraunaempresacon100colaboradoresyrotacioˊndel18340,000 anuales.
¿Qué buscan los empleados en un líder?
Los trabajadores mexicanos priorizan:
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Comunicación clara (evitar órdenes ambiguas o contradictorias).
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Empatía (escuchar necesidades del equipo y flexibilidad en horarios).
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Metas realistas (evitar sobrecarga y burnout).
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Ambientes colaborativos (fomentar confianza, no competencia tóxica).
Soluciones: romper con el principio de Peter
Expertos proponen acciones concretas para las empresas:
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Evaluar competencias blandas antes de promociones (gestión emocional, escucha activa).
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Capacitación obligatoria en liderazgo (cursos certificados en inteligencia emocional y feedback efectivo).
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Mentorías entre gerentes experimentados y nuevos.
Como señala Anthony Klotz, profesor de administración en University College London: «Promover al mejor técnico sin prepararlo para liderar es como hacer capitán al mejor nadador: puede dominar el agua, pero no sabe guiar un barco». El dato es claro: invertir en formación directiva no es un gasto, es una estrategia para retener talento y asegurar la rentabilidad.